El suelo es la base para la producción de cualquier cultivo. De la actividad del suelo depende el éxito de la cosecha. Un suelo sano es la clave para tener una producción optima. Pero, ¿qué define un suelo sano? 

Existen muchos tipos de suelos y cada uno de ellos es más propicio para un cultivo que otros. Algunos cultivos prefieren suelos ligeros para el desarrollo radicular y otros necesitan suelos más pesados para retener agua. 

El punto de partida es que un suelo sano es un suelo vivo. Nuestro suelo tiene que tener su propio ecosistema estable y activo para que nuestro suelo esté sano. La biota del suelo es crucial para el desarrollo vegetal, ya que de ella depende el ciclo de asimilación de los minerales y los nutrientes. Además de ello, tiene un papel crucial en el desarrollo y control de plagas en el cultivo. 

Lo primero que deberíamos considerar es qué tipo de cultivo queremos introducir en ese suelo y conocer qué características precisa. Una vez de conozcamos las características del suelo, tendremos que evaluar las características del suelo y determinar si son compatibles. Es más fácil cambiar de cultivo a uno que se adapte a nuestras características de suelo que intentar modificar nuestro suelo por completo. 

Evaluar las características del suelo

Para evaluar las características de suelo tendremos que tener en cuenta tres categorías principales: texturas de suelo, estructura del suelo, pH y agua disponible. 

Clasificación según texturas. 

La textura relaciona el tamaño de las partículas elementales del suelo con el porcentaje presente. 

Existen tres texturas extremas: arenoso, limoso y arcilloso. Casi ningún suelo es de un solo tipo, sino que se tiene una parte de cada componente. La determinación del tipo de suelo se realiza a través de un análisis por precipitación. Según la fracción que se obtiene de cada tipo de suelo se analiza con ayuda de un diagrama triangular para conocer el tipo de suelo según su textura. 

SUELO ARCILLOSO (>30% ARCILLA) SUELO FRANCO (10-30% ARCILLA ) SUELO ARENOSO (<10% ARCILLA)
Retiene agua y nutrientes con fuerza Adecuada retención de agua y nutrientes Retiene poca humedad y tiende a desecarse
Suelos encharcados y mal aireados Buena aireación Baja fertilidad y alto aporte de elementos nutritivos
Difícil drenaje y labranza Buena penetración de raíces Buena aireación
Apelmazamiento Poca resistencia al laboreo

La textura del suelo influye en la fertilidad ya que determina la aireación, la capacidad de retención de agua y de nutrientes. 

Estructura del suelo 

La estructura del suelo tiene que ver con cómo se agrupan las partículas de arena, limo y arcilla. Cuando las partículas individuales se agrupan formando mayores partículas se denominan agregados. LA agregación del suelo tiene diferentes grados, que determinarán la capacidad de intercambio cationico, la disponibilidad de agua y la de nutrientes. La estructura de suelo se puede determinar según el grado de asociación, la clase o el tipo de agregados. 

La cantidad y distribución de agregados nos determinará la porosidad, la densidad y la capacidad de retención del suelo. 

pH

Representa la acidez de la tierra. Los valores óptimos de cultivo suelen estar entre 5,5 y 7. La medición de pH debería ser el primer paso para determinar la compatibilidad de un suelo con un cultivo.

Análisis de suelo

El análisis de suelo agrícola nos permite conocer cual es el estado de nuestro suelo. Así sabremos de qué nutrientes dispone el cultivo, cuales están bloqueados. Además podemos conocer la necesidad precisa de nuestro cultivo evitando que tengamos que añadir productos innecesarios, por lo que contribuye a la reducción de coste de la plantación. Los análisis de suelos tienen gran cantidad de parámetros para analizar. En la mayoría de los casos no es necesario conocerlos todos, pero si hay unos cuantos muy importantes. Estos parámetros clave son la textura, la cantidad de materia orgánica, los niveles de nitrógeno, fósforo y potasio, el pH y la salinidad del suelo. Para que el análisis del suelo nos dé la información que necesitamos es crucial realizar un buen muestreo de la finca. 

Agua 

La disponibilidad de agua está relacionada de forma directa con el desarrollo vegetal. Sin una buena disponibilidad de agua nuestros cultivos no podrán desarrollarse. El agua en la tierra ocupa los poros que dejan los agregados, por lo que conocer la estructura de nuestro suelo es el primer paso antes de pensar en el abastecimiento hídrico de nuestra finca. 

Existen tres efectos del agua en el suelo:

  1. Gravitacional: fluye hacia abajo por gravedad. 
  2. Por capilaridad: se mueve de unas partículas de suelo a otras para equilibrar la presencia de otros iones. 
  3. Humedad: presencia de agua entre las partículas del suelo y que no está disponible para la planta. 

5 comentarios en “El suelo: la base de todo cultivo”

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