La viticultura de precisión emplea las técnicas más avanzadas a nivel tecnológico para conseguir una uva con la más alta calidad posible. Las prácticas vitícolas tradicionales se realizan de un modo uniforme en el viñedo. Para ello aplica la misma intensidad o dosis en operaciones como la poda, la fertilización, los tratamientos fitosanitarios o el riego. La viticultura de precisión permite conocer la variabilidad dentro de la parcela. Esto lleva a que cada subzona reciba lo que precisa, huyendo de la aplicación igualitaria en toda la parcela. Este conocimiento sobre la variabilidad permite optimizar el viñedo, ya que se puede conseguir una mayor calidad disminuyendo los costes. Esta optimización pasa por conocer la información necesaria para ser capaces de prevenir las necesidades hídricas, nutricionales y de control de plaga en nuestros viñedos.
La viticultura de precisión emplea la tecnología disponible, como mapeo foliar, mapas de humedad, sensores en viñedo, vuelo de drones o satélites de alta precisión, para recopilar gran información de datos (big data) que analizaremos para ser capaces de generar un modelo de actuación en nuestro viñedo que nos permita predecir en qué momento actuar en nuestra viña. Con este conocimiento podremos minimizar los costes de producción al conocer el momento óptimo de intervención. Así, podremos reducir el uso de insumos y productos de control. Además reduciremos el consumo el agua de riego, por lo que reduciremos el impacto ambiental de nuestra plantación. De este modo conseguiremos consumir sólo los recursos que nos sean necesarios.
Herramientas para la viticultura de precisión
El empleo de las más actuales tecnologías en el viñedo se centran en el estudio del crecimiento potencial de la planta. Otros aspectos son las demandas de agua, el control de plagas y el control de maduración de los frutos. Para cuidar estos aspectos hay que controlar variables como el clima, el suelo (origen y composición). Así como la calidad que puede darnos el viñedo con los recursos que disponemos. Además podremos atender a la edad y variedad de las cepas, así como de sus pies de injerto, la densidad de plantación que le es más favorable, el sistema de conducción y la exposición del viñedo e insolación para producir los vinos de la más alta calidad con los parámetros climáticos que encontremos en nuestra parcela.
La viticultura de precisión es la técnica de manejo del cultivo de la vid que utiliza todos los elementos del conocimiento actual acerca del comportamiento de esta especie para la optimización de la producción de uvas de calidad superior.
Pedro Luis Marchevsky
Las variables que debemos controlar están muy relacionadas con los factores permanentes y variables de nuestra parcela.
Herramientas para la información sobre los factores permanentes:
- Estaciones meteorológicas: nos proporcionarán datos del clima de la región en la que está nuestra parcela. La colocación de estaciones en el viñedo nos permite conocer los momentos de cada tarea de la vid. Un registro de temperaturas (máximas y mínimas), la evotranspiración, la incidencia del viento, la insolación y las precipitaciones nos informa sobre el microclima que existe en nuestra parcela. Con ello sabremos las medidas que tenemos que adoptar frente a situaciones climáticas adversas como heladas o granizadas. Además, con los datos recogidos podremos hacer un estudio de horas de frío, necesarias para la correcta parada invernal de las cepas.
- Resonancia de baja frecuencia: conseguiremos información sobre la permanencia del agua en el suelo de nuestra parcela. El suelo es un factor permanente ya que no puede modificarse fácilmente su composición, por lo que el conocimiento sobre la retención de agua en el mismo nos proporciona información útil sobre la disponibilidad hídrica que tendrá nuestra viña.
Herramientas para la información sobre estados variables
- Fotografía aérea multiespectral e hiperespectral: el empleo de drones o satélites espaciales de alta resolución nos permiten confeccionar mapas con información del estado del viñedo, edad de las vides y vigor de las mismas. Las fotografías descomponen, según la técnica (infrarrojos, reflectrometría, etc), la parcela en zonas por colores que se asignan a los distintos estadios de la vid. Los mapas más habituales que se confeccionan con estas imágenes multiespectrales son de índices de vegetación o índices de vigor que se relacionan directamente con el rendimiento de la parcela. El uso de estos índices permite la identificación de la variabilidad dentro de la parcela. Esto permite zonificar las áreas de diferente vigor en el viñedo, pudiendo realizar un tratamiento pormenorizado de cada área para conseguir el mejor rendimiento de toda la parcela. Además, podemos conseguir mapas de fertilidad y de desarrollo vegetativo (por número de pámpanos o yemas), carga de frutos por cepa, peso de poda o incluso crear recopilaciones de datos que nos den información sobre campañas anteriores.
La viticultura de precisión permite conocer la variabilidad de la parcela para adaptarnos a las necesidades concretas de cada área de nuestro viñedo. Esto nos permite la previsión y prevención de sus necesidades concretas. El uso de un índice de vigor nos permite predecir el rendimiento de esa región de la parcela. De este modo podemos avanzar en la mejora de las zonas más necesitadas para conseguir una mejora de la calidad y una reducción de costes en nuestra plantación utilizando sólo los recursos necesarios.