La araña amarilla es un ácaro que ataca a los viñedos. La variedad más susceptible a este ácaro es el tempranillo. Los daños que causa son al material folial mayoritariamente, causando fuerte desfoliación si el ataque es severo. En la actualidad está presente en todas las regiones vitícolas de España, salvo en Galicia. Por las condiciones climáticas y las variedades, el ataque es más duro en la parte más meridional de España.

Ciclo biológico

La araña amarilla engloba a dos ácaros (Tetranychus urticae y Eotetranychus carpini) de la familia de los tetraníquidos. Los ácaros adultos tiene forma oval y 4 pares de patas con la hembra de mayor tamaño que el macho. Las hembras activas tienen un color amarillo verdoso y dos manchas dorsales más oscuras, miden alrededor de 0,5 mm de longitud.

En la época invernal la araña amarilla esté en forma de ninfas. Los adultos se resguardan bajo la corteza de la cepa o en las hojas secas. También se han encontrado en el envés de las malas hierbas que quedan en el campo. 

Las hembras abandonan sus refugios antes de que empiece el hinchado de las yemas. Se alimentan hasta la puesta en primavera, que es cuando se produce la colonización de la hoja de la vid. Se realiza en forma ascendente a lo largo de los brotes, en las hojas que están más tiernas. 

La araña de la vid puede tener entre 8 y 15 generaciones al año, según las condiciones climáticas. Su desarrollo óptimo y los estadios más altos de daño se dan con temperaturas de 30-32 grados, con el máximo a 40º.

Síntomas y daños de la araña amarilla

Los primeros síntomas de la araña amarilla se observan en las hojas. Las hojas presentan zonas verde-amarillentas que aparecen con puntos necróticos que se observan mejor al trasluz. Estas zonas son crecientes respetando las nerviaciones que son más gruesas hasta llegar a necrosar la mayoría de la hoja. Esto provoca su caída, pudiendo causar una grave defoliación. Las cepas pueden rebrotar en las yemas finales de los sarmientos, lo que produce la pérdida de la reserva para la campaña siguiente. Esto produce un descenso en la producción. También se pueden observar daños en bayas y racimos que se pueden confundir con los del oidio. 

Prevención de la araña amarilla

Una de las mejores estrategias contra la araña amarilla es la eliminación de todas las malas hierbas de la plantación. Las plantas adventicias pueden ser un buen refugio para esta plaga, por lo que su eliminación reducirá el impacto de la araña amarilla en nuestro cultivo. Se recomienda realizar escardado mecánico en vez del uso de herbicidas ya que de esta forma podemos dejar a los enemigos naturales de la araña amarilla para ayudarnos en su control. 

El umbral de tratamiento para esta plaga se establece en el 60-70% de hojas ocupadas en conteo semanal de 100 hojas. 

Estrategia de lucha

Podemos emplear el control biológico de la araña amarilla con el empleo de enemigos naturales como el ácaro Amblyseius o de la familia de los fitoseidos.  Si empleamos estos enemigos útiles no podremos emplear plaguicidas químicos que acaben con los ácaros ya que acabarán también con la fauna auxiliar que los combate. 

Además disponemos de medios químicos para su control, con un acaricida apropiado que se aplicará en el envés de la hoja en los focos afectados ampliando a toda la parcela si tenemos varios focos activos muy alejados entre sí. 

Tratamientos alternativos para la araña amarilla

Los formulados a base de aceite de naranja o parafina se han demostrado de utilidad en el combate de esta plaga. El aceite hace una película sobre los ácaros y los asfixia. La utilización de azufre también es eficaz ya que ayuda a frenar su desarrollo.

No confundir con:

Los síntomas causados por el ataque de la araña amarilla se asemejan a los causados por otras variedades de ácaros. Con una observación al microscopio es fácil de diferenciar los ácaros causantes de la acarosis (alargados, dos pares de patas y troncocónicos) de la araña amarilla (ovaladas, de mayor tamaño con una mancha grande a cada lado del cuerpo y cuatro pares de patas). También podremos diferenciar así la araña roja, que aunque también tiene cuatro pares de patas, es de color rojo muy oscuro.

Los daños de la araña amarilla también pueden confundirse con los causandos por bajas temperaturas (casi helada) que se descartan con observación al microscopio. 

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