El oidio o moho blanco es un hongo perteneciente a la familia de los Erysiphaceae y contiene 900 especies que afectan a diversas variedades de plantas y árboles. Su síntoma más claro es la creación de una capa de ceniza en las partes verdes de la planta. En esta entrada nos centraremos en el viñedo, pero también afecta a otras especies como los rosales, frutales de hueso y pipa, cereales, remolachas y acelgas, olivos y muchas hortícolas. 

Ciclo biológico

En el invierno, el oidio genera micelio y cleistocitos (donde guarda las esporas). A partir de primavera y en verano se propaga a través de esporas (ascosporas). Esta infección es capaz de mantenerse hasta el otoño, creando necrosis en las partes verdes de la planta afectada. 

 La humedad es una variable muy importante para el crecimiento del hongo. Cuando se sitúa entorno al 75% es el momento más favorable para el oidio. Sin embargo, la lluvia frena su desarrollo. 

La temperatura es el segundo factor a tener en cuenta. Unas temperaturas entorno a los 25º – 28ºC favorecen su desarrollo, pero el aumento por encima de 35ºC lo frena, llegando a ser letal para el hongo. 

Etapas de intervención en el viñedo

Los estados fenológicos para la actuación en viñedo son:

  • Fase F: cuando los racimos sean visibles, en brotes de entre 5 y 10 cm.
  • Fase I1: al comienzo de floración.
  • Fase K: granos en tamaño guisante.
  • Fase M1: al inicio del envero al 5 -10% del cambio de color.

Sintomas y daños del oidio

Esta enfermedad afecta a todas las partes verdes de la planta, es decir, a hojas, racimos y sarmientos y brotes. 

Hojas

Las hojas afectadas se ven cubiertas de manchas blancas como de ceniza. Tienden a necrosarse: se secan lentamente y se caen. La pérdida de hojas deja expuestos a los racimos a las condiciones ambientales y a las plagas.

Racimo

Los racimos se pueden cubrir de la ceniza del oidio. Se detiene el crecimiento de la piel y provoca que se agrieten, dejándolos expuestos a otras enfermedades y plagas como la botrytis. 

Brotes y sarmientos

Presentan manchas difusas verde oscuro que se oscurecen hasta el negro. 

Control

El control de la presencia de oidio en viñedo se debe realizar:

  • Con temperaturas de entre 25-28ºC. Por encima de 35ºC se detiene.
  • Con humedad elevada del 75% y superior. La lluvia abundante frena el avance del oidio. 

Estrategia de lucha contra el oidio

Lucha preventiva

La prevención es la mejor defensa contra el oidio. El oidio comienza a desarrollarse cuando los sarmientos tienen una altura de 15-20 cm, por lo que las actuaciones preventivas deben ser anteriores a esta fase. 

La lucha preventiva comienza con la eliminación de las condiciones óptimas para el hongo. El oidio se ve favorecido por:

  • Mala ventilación. Si se aumenta la ventilación con un deshojado para conseguir una aireación continua y uniforme la proliferación del hongo se reduce.
  • Temperaturas de entre 25 -28ºC. Poco podemos hacer para modificar la temperatura, sin embargo, los valores superiores a 35ºC son letales para el oidio.
  • Los valores elevados de humedad. Si conseguimos una buena aireación, ayudamos a la planta a que baje su humectación relativa. Si desciende la humedad el hongo se paraliza. La lluvia abundante también paraliza la actividad del hongo. 
  • Dosis altas de nitrógeno. Cuanto más alto está el nitrógeno, más sensible es la planta al mildiu y al oidio. El nitrógeno genera un crecimiento rápido de la planta, lo que debilita sus defensas y queda más expuesta a las enfermedades fúngicas. 

La siguiente fase de previsión es buscar los primeros síntomas de la enfermedad en el viñedo para actuar con la mayor rapidez posible. Se recomienda retirar y quemar las partes infectadas o sospechosas en cuanto se perciben para evitar su proliferación. 

La eliminación de plantas espontáneas y rastrojos también es eficaz. Muchas plantas arvenses son portadoras del oidio, si las eliminamos estaremos cercando el problema. 

Lucha química

Para la lucha contra el oidio se recomienda el empleo de azufre en polvo. El oidio tiene una gran capacidad de resistencia a los sistémicos anti-oidio, por lo que su uso sólo esté recomendado si la temperatura es de menos de 18ºC ya que por debajo de este umbral el azufre no es efectivo. También es útil el permanganato potásico.

Azufre

El uso del azufre tiene como ventaja su eficacia, bajo coste y sus efectos frentes de eriófidos y ácaros en general. Además favorece el cuajado si se emplea en floración. De todos modos hay que emplearlo con precaución porque puede causar quemaduras con temperaturas superiores a 30ºC.

Si se trata con azufre en el envero puede afectar a las condiciones organolépticas del vino a obtener.

Permanganato de potasio

En el caso del permanganato, KMnO4, su mayor ventaja es una acción muy rápida. Por el contrario, tiene una baja persistencia y puede causar fitotoxicidad. 

Aplicaciones

 Se recomienda realizar una aplicación en cada una de las fases de actuación que hemos detallado más arriba.

En variedades muy sensibles se recomienda el tratamiento adicional entre las fases 1 y 2 y entre la 2 y la 3.

Tratamientos

Ya hemos hablado de la lucha química contra el oidio, pero podemos utilizar otras soluciones:

  • Fungicidas biológicos como el propóleo. Además la mezcla de leche con bicarbonato de sodio es un gran fungicida, pero sólo es aplicable a pequeña escala. 
  • El preparado de cola de caballo es eficaz contra el mildiu y también contra el oidio, por su alto contenido en sílice.
  • Soluciones basadas en humus de lombriz. La materia orgánica aportada por el humus aumeta la captación de nutrientes de la planta, por lo que la fortalece. Mejora su inmunidad y resiliencia.

No confundir el oidio con:

El oidio puede confundirse con el mildiu, pero son sencillos de diferenciar. 

El mildiu crea una pelusa blanca, mientras que el oidio crea un polvo ceniciento. Además las manchas del oidio son más pequeñas que las causadas por mildiu. El oidio no marca el envés de la hoja y muestra puntos pardos. 

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