El fuego bacteriano es un enfermedad producida por la bacteria Erwina amylovora. Esta enfermedad causa grandes daños a la familia de las rosáceas, produciendo importantes perdidas económicas y sus daños pueden llegar al punto de la muerte de la planta. 

El fuego bacteriano a día de hoy es la peor enfermedad que pueden padecer los frutales de pepita, (peral, manzano y membrillero), el níspero y algunas rosáceas ornamentales o silvestres.

El conocimiento de las bacterias como fuente de enfermedades en las plantas es relativamente reciente. En 1878  el estadounidense Burril describió el Micrococcus amylovorus causante del llamado fuego bacteriano. Entre los géneros de bacterias capaces de hacer daños a plantas vivas destacamos la presencia de dos tipos: Erwina amylovora y Agrobacteriun tumefaciens.

Es por ello que esta en cuarentena en la Unión Europea por considerarse un organismo nocivo. La legislación para controlar la enfermedad (RD 58/2005) y también un programa de erradicación y control (RD 1201/1999) se pueden consultar aquí.

Síntomas y biología del fuego bacteriano.

La enfermedad se muestra en primavera siendo los brotes jóvenes y las flores los primeros en sufrir el ataque. Las flores son un órgano idóneo para la penetración de la bacteria. Se debe prestar especial atención durante la floración secundaria. Es por lo que en la época de floración la planta presenta mayor sensibilidad a la infección bacteriana.

Posteriormente la infección va progresando en sentido descendente hacia ramas y tronco, en variedades muy sensibles puede llegar a causar la muerte del árbol.

Los primeros síntomas del ataque se hacen visibles en las flores, se marchitan y ennegrecen aunque no se caen del árbol. Los brotes terminales que se oscurecen y muestran una apariencia de haber sido quemados por el fuego. Los brotes pierden rigidez y se curvan tomando forma de “cayado de pastor”.

Los frutos pueden ser afectados desde el inicio de su formación, teniendo una necrosis progresiva hasta quedar secos y arrugados.

En las ramas y tronco se pueden formar  heridas en la corteza que penetra hacia el interior de la madera formando depresiones y agrietamientos en la corteza, adquiriendo un color más oscuro de lo normal. En estas zonas de la corteza los tejidos adquieren una coloración pardo rojiza, en los manzanos y negruzca en el peral. Estos chancros son un modo de supervivencia de la bacteria durante el invierno y pueden originar nuevas infecciones en la primavera siguiente.

El inoculo bacteriano sobrevive, en estado latente en los órganos paralizados, durante el periodo de reposo invernal.

Cuando tenemos alta humedad ambiental  y temperaturas medias al rededor de los 18ºC se dan las condiciones óptimas para que la bacteria se reproduzca. Las bacterias segregan unas gotitas, inicialmente blanquecinas y posteriormente amarillentas, estos exudados contienen millones de bacterias y son foco de nuevas infecciones a través de la lluvia, viento, insectos, etc. El granizo, debido a las heridas que produce, favorece la penetración del inoculo.

Control

No hay métodos que erradiquen la enfermedad. La única medida para las plantas afectadas es arrancarlas.

Las medidas preventivas que se recomiendan para evitar su expansión son:

  • Uso de material sano.
  • Plantación de variedades tolerantes o poco sensibles al fuego bacteriano. La sensibilidad de una variedad puede ser distinta, dependiendo del órgano afectado: flores o brotes.
  • Usar portainjertos tolerantes:
  • M7 y MM111 son muy resistentes
  • M9 susceptible
  • MM106 y M26 muy susceptible
  • Poda de todas las partes afectadas u eliminación de los restos.
  • Realización de tratamientos químicos preventivos, durante los periodos inefectivos, especialmente durante la floración.
  • Los tratamientos con derivados cúpricos efectuados en el periodo comprendido entre la caída de hojas y la floración, que se recomiendan en el control preventivo de otras enfermedades, pueden ser también efectivos para disminuir la cantidad de inoculó o inhibir momentáneamente la multiplicación de la bacteria.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *