La agricultura integrada o producción integrada se basa en el empleo de prácticas similares a las de la agricultura ecológica. Su principal fortaleza es la utilización de los recursos y los mecanismos de producción naturales a un rendimiento máximo y de forma prolongable en el tiempo. Se introducen métodos biológicos y químicos de control. Además, utiliza otras técnicas que compatibilicen la protección al medio ambiente y la productividad agrícola. 

La producción integrada tiene su origen en la lucha biológica e integrada de plagas, extendiéndose a otras facetas del manejo de los cultivos hasta su actual concepción. Está a medio camino entre la agricultura convencional y la ecológica. La producción integrada, a diferencia de la ecológica, permite la utilzación de productos agroquímicos de síntesis (abonos, pesticidas) aunque haciendo un uso mínimo de los mismos. Su uso está restringido por la normativa que los regula y sólo son admitidos si no existe otra alternativa viable no sintética. 

La producción integrada en España está regulada por el Real Decreto 1201/2002 del 20 de noviembre. Aquí se detallan los requisitos para que una explotación sea reconocida como de producción integrada.

Evolución de la agricultura integrada

La agricultura integrada en España se ha cuadruplicado en los últimos 10 años. Actualmente representa el 3% de la superficie agraria española. El cultivo con mayor extensión en este tipo de producción es el olivar.

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